El eccema, o la dermatitis atópica, es un trastorno cutáneo de larga duración que se desencadena por una reacción alérgica. Provoca erupciones secas, escamosas, de color rojo a marrón-grisáceo que pican y pueden ir acompañadas de asma o fiebre del heno. Si tiene eccema, probablemente comenzó durante su niñez, ya que es menos probable que este trastorno se desarrolle en la adultez.

Los síntomas pueden variar en gravedad y aspecto de otras personas afectadas por eccema. Los síntomas del eccema pueden brotar de forma periódica y, luego, desaparecer durante un tiempo, incluso durante varios años. A continuación, se exponen algunos de los síntomas más frecuentes:

• Picazón, que puede ser intensa, especialmente por la noche.
• Manchas de color rojo a marrón grisáceo, especialmente en las manos, los pies, los tobillos, las muñecas, el cuello, la parte superior del pecho, los párpados, los codos, las rodillas y, en los bebés, la cara y el cuero cabelludo.
• Pequeñas protuberancias elevadas, que pueden filtrar líquido y formar costras al rascarse.
• Piel engrosada, agrietada, seca y escamosa
• Piel en carne viva, sensible e inflamada por el rascado.

Tratamientos

Cuidado de la piel
El dermatólogo le aconsejará las mejores formas de cuidarse la piel para minimizar los brotes y las molestias asociadas.

Medicamentos orales
El dermatólogo puede recetar un medicamento oral (por boca) que puede controlar la reacción alérgica preexistente y reducir los molestos síntomas relacionados con el eccema.

Pomada o crema
Es posible que le convenga aplicar una pomada, crema o loción adecuada en la piel para ayudar a reducir la picazón y el sarpullido.

Fototerapia
En los casos más extremos de eccema, el dermatólogo puede recomendar una fototerapia para reducir sarpullidos relacionados con la afección y controlar la picazón.

Pruebas

Exploración física
Mediante una exploración médica de la piel, podemos diagnosticar con precisión el eccema y determinar la mejor manera de tratarlo.

Análisis de sangre o prueba del parche
Podemos efectuar un análisis de sangre o prueba del parche. En la prueba del parche, se colocan pequeñas cantidades de alérgenos en la piel para detectar si hay una reacción.

Biopsia
Para confirmar el diagnóstico y la causa del eccema, podemos extraer una pequeña sección de la piel afectada (biopsia) y enviarla al laboratorio para que se analice.

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