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Mitos comunes sobre la pérdida de orina

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Es vital abordar los mitos y conceptos erróneos sobre la fuga de orina femenina para garantizar que las mujeres se sientan cómodas buscando ayuda y puedan tomar decisiones informadas sobre su salud.

Mito: la pérdida de orina solo afecta a las mujeres mayores.
Realidad: si bien es cierto que la pérdida de orina es más común a medida que las mujeres envejecen, puede afectar a mujeres de todas las edades. El embarazo, el parto y la obesidad pueden contribuir a la pérdida de orina, incluso en mujeres más jóvenes.

Mito: la pérdida de orina es una parte normal del envejecimiento y no se puede tratar.
Realidad: Aunque la pérdida de orina es más común a medida que las mujeres envejecen, no es una parte inevitable del envejecimiento. Hay muchas opciones de tratamiento disponibles para ayudar a controlar o incluso curar la fuga de orina, que van desde cambios en el estilo de vida y ejercicios del suelo pélvico hasta medicamentos e intervenciones quirúrgicas.

Mito: solo un pequeño número de mujeres experimenta pérdidas de orina.
Realidad: la pérdida de orina es bastante común. Según la Asociación Nacional para la Continencia, aproximadamente 25 millones de estadounidenses adultos experimentan algún tipo de incontinencia urinaria, de los cuales el 75-80% son mujeres. Se estima que una de cada tres mujeres experimentará pérdidas de orina en algún momento de su vida.

Mito: la pérdida de orina no es un problema médico grave.
Realidad: Si bien la fuga de orina en sí misma puede no poner en peligro la vida, puede afectar significativamente la calidad de vida de una mujer, lo que lleva al aislamiento social, la vergüenza y la depresión. Además, la pérdida de orina no tratada puede empeorar con el tiempo o provocar otros problemas de salud, como infecciones del tracto urinario.

Mito: El estreñimiento no está relacionado con la disfunción del suelo pélvico.
Realidad: Más del 40% de los pacientes que experimentan estreñimiento tienen una disfunción subyacente del piso pélvico llamada disinergia, que es una falta de coordinación de los músculos involucrados en la defecación. Esto conduce a dificultad con las deposiciones y esfuerzo con la evacuación. Hay pruebas dedicadas disponibles, así como terapia del suelo pélvico para volver a entrenar los músculos para coordinar una evacuación completa.

Mito: La incontinencia fecal es una parte inevitable del envejecimiento.
Realidad: La incontinencia fecal afecta hasta al 10 % de las mujeres mayores de 60 años y, de hecho, NO es inevitable. Muchos factores de riesgo pueden contribuir a la incontinencia fecal, incluido el parto vaginal anterior, la episiotomía o el desgarro durante el parto, los embarazos múltiples y otras cirugías pélvicas como la histerectomía o los procedimientos para hemorroides. El diagnóstico de la causa subyacente de la incontinencia puede conducir a un manejo y tratamiento dirigidos para mejorar la calidad de vida y disminuir o resolver completamente los episodios.

Mito: La terapia del suelo pélvico es el único tratamiento para la incontinencia fecal.
Realidad: todas las personas con incontinencia fecal pueden beneficiarse de la terapia del suelo pélvico, pero otras causas, como el prolapso de órganos pélvicos, pueden complicar el panorama. Puede beneficiarse de un enfoque multimodal, incluida la intervención quirúrgica o incluso un estimulador del nervio sacro. Un enfoque de equipo a menudo puede conducir a los mejores resultados.

Mito: El prolapso de órganos pélvicos siempre causa dolor pélvico.
Realidad: Si bien el prolapso de órganos pélvicos puede causar molestias y una sensación de presión en la región pélvica, no siempre causa dolor. Muchas mujeres con prolapso de órganos pélvicos no tienen ningún síntoma o pueden experimentar otros síntomas como problemas urinarios o intestinales, disfunción sexual o una sensación de abultamiento o plenitud en la vagina. Si experimenta dolor pélvico, es importante que hable con un proveedor de atención médica, ya que esto podría indicar otras afecciones.

Mito: La cirugía es la única forma de tratar la fuga de la vejiga relacionada con el prolapso de órganos pélvicos.
Realidad: existen muchas opciones de tratamiento tanto para el prolapso de órganos pélvicos como para la incontinencia urinaria. Estos pueden incluir cambios en el estilo de vida (como controlar el peso y evitar levantar objetos pesados), ejercicios del piso pélvico, entrenamiento de la vejiga, medicamentos y el uso de pesarios (dispositivos que se insertan en la vagina para sostener los órganos pélvicos). Sin embargo, en algunos casos, la cirugía aún puede ser la mejor opción.

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