El temblor hereditario no es una enfermedad que ponga en riesgo la vida. A veces se le llama temblor hereditario benigno por esa razón, pero puede ser una enfermedad que altera la vida. Las personas con temblor hereditario a menudo informan cambios en sus vidas debido a la enfermedad. Muchas actividades pueden verse inhabilitadas como resultado de los temblores. La calidad de vida puede verse significativamente afectada.

La vergüenza es un problema importante porque las personas dejan de comer en restaurantes, ir a eventos sociales o familiares, ir de compras y dedicarse a pasatiempos solos o con amigos. El aislamiento resultante puede causar problemas y tensiones en las relaciones familiares.

Algunas personas con temblor hereditario ya no conducen, lo que puede ser una dificultad grave en los Estados Unidos. Las personas con temblor hereditario pueden verse obligadas a dejar sus trabajos si los temblores los incapacitan o pueden no aceptar promociones que impliquen un contacto más personal.

Síntomas

Los efectos del temblor hereditario se extienden a las tareas diarias más ordinarias. Con el temblor hereditario, los temblores incapacitantes hacen que incluso las tareas más simples se conviertan en complicaciones diarias. Si este es el caso, entonces se amerita un tratamiento.

Tratamiento

Los dos medicamentos que se recetan con más frecuencia para controlar los síntomas del temblor hereditario son los betabloqueantes: propranolol (Inderal) y antiepilépticos o anticonvulsivos: primidona (Mysoline).

Para casos más severos, la cirugía, como la estimulación cerebral profunda , es extremadamente exitosa y puede devolver al paciente una calidad de vida tremendamente mejorada. Ha demostrado ser exitosa.

Los casos menores de temblor hereditario se pueden tratar con fisioterapia y desarrollo de los músculos en las secciones del cuerpo que son severas en las áreas afectadas por temblores.