El menisco es una pieza de cartílago en forma de “C” que proporciona una amortiguación entre la tibia y el fémur. Puede desgarrarse el menisco al realizar cualquier actividad que haga que gire o rote la rodilla con fuerza, especialmente cuando pone todo su peso sobre esa rodilla. La participación en deportes como fútbol, tenis o baloncesto puede aumentar el riesgo de desgarro del menisco, que es una de las lesiones de rodilla más comunes. Los síntomas de un desgarro de meniscos incluyen los siguientes:

• sensación de estallido en la rodilla;
• sensación de que su rodilla está trabada en su lugar cuando intenta moverla;
• dolor que empeora cuando gira o rota la rodilla;
• rigidez o inflamación;
• dificultad para enderezar la rodilla por completo.

Pruebas

Exploración completa
El médico le hará un examen exhaustivo y le pedirá su historia clínica para diagnosticar esta afección.

Pruebas de imágenes
El traumatólogo puede solicitar una prueba de imagen como una radiografía, una tomografía computarizada (TAC) o una resonancia magnética (IRM) para confirmar el diagnóstico.

Artroscopia
En esta prueba, el especialista inserta un instrumento largo y delgado (artroscopio) en la articulación de la rodilla para evaluar la lesión del cartílago.

Tratamientos

Método de RICE
Debe usar el método de reposo, hielo, compresión y elevación (rest, ice, compression, elevation, RICE), mientras esté en casa.

Antiinflamatorios
El médico puede recetarle un antiinflamatorio o recomendar uno de venta libre, como ibuprofeno, para reducir la inflamación y el dolor.

Fisioterapia
Es posible que deba trabajar con un fisioterapeuta a fin de recuperar la fuerza y el uso después de un desgarro de meniscos.

Cirugía
Si su menisco no se cura por sí solo, es posible que deba someterse a una cirugía para reparar el desgarro y ayudarlo a recuperar la fuerza en la rodilla.

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