La epitrocleítis es una afección en la que experimenta dolor donde los tendones de los músculos del antebrazo se unen al bulto óseo en el interior de la muñeca. También puede sentir dolor en el antebrazo y la muñeca.

A pesar de que la llaman codo de golfista, esta afección no afecta exclusivamente a los golfistas: los jugadores de tenis y otras personas que usan mucho las muñecas o aprietan los dedos también son susceptibles a la epitrocleítis.

Los síntomas de esta afección incluyen, entre otros:

• dificultad para cerrar el puño;
• entumecimiento o cosquilleo en el dedo anular o meñique;
• dolor y sensibilidad en la parte interna del codo, que generalmente empeora con ciertos movimientos (como balancear un palo de golf o una raqueta de tenis, estrechar la mano o girar el pomo de una puerta);
• rigidez en el codo;
• debilidad en las manos y muñecas.

Pruebas

Exploración física
El médico realizará una exploración física completa y recopilará la historia clínica para ayudar a diagnosticar el cuadro.

Radiografía
El médico puede ordenar una radiografía para descartar otras posibles causas de su dolor de codo, como una fractura o artritis.

Tratamientos

Reposo
Debe evitar la actividad física que involucre ese brazo mientras sana la epitrocleítis.

Hielo
Aplique compresas de hielo en el codo afectado durante 15 a 20 minutos, de tres a cuatro veces al día durante varios días.

Analgésicos
El médico puede recomendarle que tome un analgésico de venta libre, como Motrin, Aleve o Tylenol, para ayudar a controlar el dolor relacionado.

Ortesis
El especialista puede recomendarle que use un aparato ortopédico de contrafuerza en el brazo afectado, lo que puede ayudar a reducir la tensión de los tendones y los músculos.

Fisioterapia
El proveedor de atención médica puede recetarle terapia de rehabilitación. Nuestros fisioterapeutas establecen un plan de atención único que incluye intervenciones específicas para su afección y situación a fin de ayudar a aliviar el dolor y mejorar la movilidad.

Cirugía
Si la epitrocleítis no responde a tratamientos más conservadores, el médico deportólogo puede recomendar una cirugía para corregir el problema. Sin embargo, rara vez se necesita cirugía para esta afección.

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